Ellos están fuera. No saben de mi mundo. Y no puedo mostrárselo. Sólo puedo darles algunas fotos de lo que está dentro. Pero, nunca, nadie vivirá en mi interior como huésped o invitado de mis sensaciones, emociones, pensamientos. A veces, a ratos, nuestros mundos coincidirá; pero, piénsalo… Igual que cuando duermes, nadie te acompaña en tus sueños, estás sólo tú realmente, así, igual funciona la vida, la vigilia.
Creemos convivir porque nos vemos, nos oímos, nos tocamos. Pero, en el fondo, sólo estoy yo con mi interpretación de ellos. No hay ninguna pertenencia. Mi padre, mi madre, mis hermanos, mis amigos, mis hijos, mi pareja… No me acompañarán a mis sueños, no construirán junto a mí mis proyectos, ni mis ideas, ni mis emociones. Podrán entenderlas, pero no las formarán conmigo.
Respiremos juntos. Compartamos el aire…
Hacer el amor es un intento de fusión, de interiorizar momentáneamente al otro físicamente, emocional o espiritualmente, depende del nivel de cada uno. Pero, será momentáneo.
Mirarse a los ojos profundamente, guardar silencio, dejar paso a la intuición de los cuerpos que se sincronizan. Cerrar los ojos, respirar, moverse, danzar… abandonar la conciencia del yo momentáneamente para expandirse a un Todo… Y nos lleva de vuelta invariablemente a la separación, a los mundos aislados del tú y el yo, al regreso a mi cuerpo, mi mente, mi mundo propio. Y él fuera, al otro lado, en el suyo.
Nacer es aventurarse en una individualidad aislada. Crecer es comprenderlo. Madurar es asumirla. Convivir es suavizar la angustia de sentirla. Amar es anhelar ser capaz de superarla, esforzarse por trascender mi individualidad, alcanzar al otro, su mundo, y ofrecerle el mío. Difuminando los límites de mi individualidad, sin perder mi identidad.
Por eso es tan difícil amar, porque es difícil guardar ese equilibrio preciso entre ablanda la fortaleza de mi ego, y mantener los tesoros que ofrecer. No puedo vaciarme de mí y ofrecer nada.
Es lo más difícil de hacer: Amar.
¿Qué será de la sexualidad entre dos verdaderos amantes que han madurado su soledad y acceden al Amor equilibrado, trascendente?