Me hablas,
pero no veo la verdad,
es invisible.
La guardas en algún lugar
inaccesible.
Y nos miramos,
con recuerdos bajo llave,
indestructibles,
que cada uno
interpreta a su manera
impredecible.
Vendrás,
y no he entendido aún por qué.
Incomprensible.
Tengo miedo
de que tanta oportunidad
sea inservible,
de que el silencio
que imponemos a lo cierto
inasumible
convierta
nuevamente al amor
en imposible.
Y nos miramos
fingiendo, contenidos,
impasibles;
y es la mirada
quien hace la pregunta
ineludible
¡tantas veces!
En un idioma raro,
imperceptible,
que cuesta descifrar.
¿Es esto un juego,
o es algo serio?
¡Indistinguible!
Me hablas,
me hablas y te acercas
y luego huyes…
No es entendible.
Y yo sigo esperando
comprender, adivinar…
¡Incorregible!