No lo intentes.

Hoy no es día de entender,

hoy no es día de elegir,

ni decidir, ni sonreír.

Hoy hay que cerrar los ojos,

cerrar la boca,

cerrar el corazón y los pulmones,

cerrar el cuerpo y el alma,

no dejar que nadie entre,

no dejar que nada salga.

Todo agarrado con fuerza

para no lanzar granadas.

Todo sujeto, todo quieto,

todo mudo…

No lo intentes.

No hagas foto de este día.

Esto tiene que olvidarse.

Tiene que quedarse el poso justo

para poder avisarte

y rodear el camino

cuando vuelvas a acercarte.

¿A qué huele?

Huele a algo interno

muy herido, muy profundo,

que ha dejado de creer

en las bondades de este mundo;

que se sabe ya marcado,

abierto, despedazado,

en busca de cicatriz

para seguir caminando.

Hoy es día de dormir, cicatrizar y callar.

Hoy es noche de ablandarse, guardar y sanar.

         … para seguir caminando.

Deja un comentario