Nuevo reto del Club de Escritura Aike. En esta ocasión se trataba de escribir una escaleta de guión de cine, con unas pocas escenas. Además teníamos que incorporar una lista de palabras: compañía, azulejo, puerta, silencio, barco, huir, contar, pingüino y volar.
Os dejo aquí mi aportación:
https://clubescrituraaike.blogspot.com/2024/06/mando-dos-formatos-tabla-y-texto-por-si.html
Jamás había hecho una escaleta, ni un guión, ni nada parecido, así que me resultó muy interesante aprender algo nuevo, aunque supuso un reto enfrentarse a una técnica de escritura tan diferente.
Ha sido divertido pensar-viendo: ver las escenas de una película y después describirlas; acostumbrada como estoy a pensar-narrando. Ha sido muy estimulante mentalmente. Más con mi neurodivergencia… Había luces, temperatura, olores, texturas, sonidos de fondo… Todo muy vívido. Me inspiré en la fotografía de «El verano que vivimos», que me parece preciosa y me emociona mucho.
Compartimentar la narración en bloques tan específicos, también ha sido un descubrimiento. La localización y la ubicación temporal, que suelen describirse con profusión en otras técnicas, aquí está reducido al máximo, incluso con abreviaturas.
Especificar la duración de las escenas, en segundos, ha tenido que ser de forma arbitraria, porque no tengo experiencia real en cine, así que no sé cuánto duran realmente las escenas. Tiré para lo alto para no «agobiarme» con prisas (Yo imaginándome a los actores diciendo los diálogos a todo correr… ¡No! Calma. Es una escena lenta, calmada… «Intimista», como dijeron mis compañeros de club.) En mi cabeza, el estilo de la película que he dicho antes, en la que las escenas se recrean bastante en el ambiente, no son rápidas, no están adaptadas a la duración del diálogo, sino que reposan en el escenario como parte de lo que se expresa. Por eso, quizá, alargué los tiempos de las escenas, porque en mi cabeza el escenario tenía que vivirse y los segundos viendo inconscientemente la luz, el ambiente, son importantes.
Un atisbo de indicaciones técnicas en los «planos». Pero, no sé nada de técnica de cine, ni del vocabulario específico para referirse a ello. Así que… primer plano y plano general, es todo lo que he podido indicar.
En el apartado de sonido no he dado demasiados detalles, porque la propia escena, en mi cabeza, no tenía demasiados sonidos reseñables, salvo los diálogos. En los ejemplos de escaleta que busqué en internet para saber cómo se hacía, se incluían los diálogos en este apartado, así que seguí el modelo.
Yo fui la perversa que incluyó la palabra «pingüino» en la lista, así que apechugué y, no sé si se capta pero, es parte central del argumento de la «película». Por eso está en el título, aunque en las escenas aparece como de soslayo, anecdótico. El pingüino es el muñeco antiestrés que utiliza la protagonista, y que tiene muy a menudo entre sus manos. Pero, también es una metáfora de la propia protagonista, entre las manos de Mario, que tiene que aprender a «manejar» la relación con una persona como Rosa. Ella es el pingüino, lo discrepante, lo diferente, lo raro. ¿Adivinais? Neurodivergente. Con TOC, como se deja ver ligeramente en la escena de la jarra de agua, y en el extraño diálogo que mantienen en el patio de la casa. Mario quiere aprender a relacionarse con Rosa sin dañarla, a tener entre manos una relación complicada, pero valiosa.
Agradecida al Club por la oportunidad de aprender y EXPERIMENTAR esta técnica, que ha enriquecido mi forma de plantearme la escritura, amplía los límites de mi creatividad. No sé si se plasma en lo escrito, pero la experiencia interna en el proceso ha sido muy gratificante. (Y estuve a punto de no hacer el reto, por falta de tiempo y cierto miedo a no saber hacer la parte formal, la estructura propia de la técnica de escaleta. Ahora eso no me importa tanto. Con práctica eso se aprende y se mejora.) Lo bonito ha sido VER y sentir las escenas, e incluso compartimentar la narración.
ME HA ENCANTADO ESTE RETO.
P.D. A mis compañeros del Club:
Muchas gracias por vuestras hermosas palabras al hacer la «crítica» de mi ejercicio. Empiezo a sentir que mi manera de expresarme con la escritura llega, que consigo emocionar y COMUNICAR, que es lo que siempre he querido. Que se entiende lo que quiero expresar. Me emociona que me entendais, en ese esfuerzo por contar algo que sucede dentro. Gracias por estar ahí, por incentivar la escritura, por valorar el esfuerzo de crear historias y por VER la sensibilidad detrás del relato (quien la ve es porque la tiene) y ponerlo en valor. Gracias.