Golpea dos veces

(A mi primo Enrique) La soledad golpea, primo, no sólo en Navidad. Cuando golpea, golpea todo el año. Y nos deja moratones en las ganas, nos araña las sonrisas y ahoga la esperanza apretando con firmeza en la garganta. Y parece difícil deshacerse de ella. ¡Es una maldita okupa! Nadie la invitó a cenar, y…