Intento no pensarlo... Me concentro en las tareas del día a día. Me pierdo, es cierto, varias veces, y acabo dando vueltas alrededor de lo que no hago, de lo que no sé, de lo que falta. Ropa que recoger, arreglos, enchufes, tacos y tornillos, limpiezas... Y me recojo, dolida, como una prenda más, plegada…
Lo que me sobra