Quiero estar tranquila. Quiero sentir que no pasa nada. Pero, pasan muchas cosas, posiblemente todas en mi cabeza. ¡Maldita cabeza loca! Ida.. y vuelta.

Abajo, ¡dios mío!, hay un caos, un barullo, una olla a presión. Arriba un total desconcierto, nada a lo que sujetarse, todo en plena flotación.

Me da miedo. Lo que sea, todo. Necesito beber de la Fuente para protegerme, para aquietarme, para respirar… Ponerme en manos de Sus aguas.

¿Es algo planeado por la Vida? No lo entiendo… ¿Es fruto de mi mente ansiosa? ¡Qué largo es el camino y qué poco recto! Estas curvas no las vi venir.

¡Calla! Calla, cuerpo. Te estoy mandando callar, negándolo todo, desde hace tiempo. ¡Cállate! Y no me obedece…

La cabeza dice «No», ¡tantas veces! Alguna vez se escapa un «Sí». Cada vez menos aisladamente.

¿Y hoy? ¿Hoy qué dices? No tengo elección. De ahí el miedo. Pero, ¿todo esto es cierto? ¡No! Aunque haya indicios, aunque lo sepas por dentro, vuelves a repetírtelo en tu cabeza: No. Porque algo será un «no» en algún momento.

¡Pero, el resto de la vida dice «Sí»! ¡Deja las palabras a un lado y vívelo! Vívete sea como sea…

Me aterra… Puedo explotar… ¡Voy a explotar!